Palabras y pronunciación

Uno de los principales problemas que se presentan a la hora de articular las vocales es cuando aparecen dos de ellas juntas. La tendencia natural es eliminar una de las dos, de ahí que sea uno de los errores de pronunciación más frecuentes (inadmisibles en el mundo de la locución publicitaria).

Además de este aspecto, el locutor debe cuidar la pronunciación de ciertas palabras que puedan resultar extrañas, ya sea porque son desconocidas o bien por ser extranjeras. Hay que remarcar que si el nombre extranjero existe en español, el locutor deberá utilizar esta expresión y no la del idioma original (a no ser que el cliente diga lo contrario). Así, se pronunciará Londres y no London o Burdeos y no Bordeaux. Por el contrario, si no existe un nombre en castellano para esta palabra, se tratará de pronunciarlo en el idioma originario (siempre y cuando no resulte una palabra demasiado extraña). Por ejemplo, sería preferible pronunciar Renolt a su correspondiente en francés Renault.

Para salir de dudas, en estos casos es mejor consultar con el anunciante los nombres técnicos para ver su adecuada pronunciación. También será importante tener especial atención a las palabras que sean muy largas. Existe un truco que nos puede sacar de varios apuros: podemos dividir la palabra con guiones para facilitar la adecuada articulación: e-lec-tro-en-ce-fa-lo-gra-ma (prestando atención a las tildes para no caer en la tentación de pronunciar la palabra erróneamente).

Hay que señalar que la dificultad de la articulación de las vocales es mucho menor que en las consonantes pero no por ello hay que dejar de prestar atención a su proceso ya que un buen locutor ha de dominar a la perfección el proceso articulatorio en su totalidad, y no sólo centrarse en los puntos más complejos.